En el desayuno recordé en donde estaba parada hace un año, y sí, definitivamente la mejor medicina es el tiempo. Antes pensaba que la gente que me rodeaba era compañía eterna y que el amor por mi ex era eterno, que no tenía cura; así que pasaba el tiempo escribiendo con Coldplay y su tema “Yellow” por muy cliché que suene, y cuando veía a mis amigos, terminaba tomando directo de una botella de José Cuervo. El tiempo de 12 meses me ha enseñado más de lo que hubiera podido imaginar… Que las amistades cambian y los amores se superan, y que yo, aunque parezca que voy contra marea, voy bien. Sobreviví y lo seguiré haciendo.
Cuando pienso en todo lo que pasé para estar aquí, sana y salva, recuerdo la gente que me acompañó en mis peores días, los amigos que ahora parecen extraños y juro que, aunque reconozco su rostro entre la multitud, no podría decir que podría reconocer sus voces estando a oscuras. Qué extraño, con algunos de ellos llegué a intercambiar ideas sobre cómo cambiar el mundo, y cómo el mundo nos había cambiado y convertido en seres lastimados. Qué extraño ser extraños entre personas que fumaban bajo el mismo techo y contemplaban el futuro con esperanza.
El tiempo además de medicina, es un sabio… Cada cosa pasa a su tiempo, ni antes, ni después. Atraviesa tu camino con quienes debes cuando el momento es preciso, y cuando es necesaria la distancia por motivos que de primer vistazo desconocemos, los caminos dejan de tocarse, se vuelven polos opuestos. Todas las anécdotas terminan siendo solo fotografías, vídeos, recuerdos en Facebook, que, por cierto, a veces nos llenan de vergüenza al damos cuenta que no siempre fuimos fanáticos de la ortografía. Extraños. Contactos en redes sociales que mantenemos “por si acaso”, y dan like de pronto cuando las buenas noticias se difunden.
Algunos se casaron, otros tuvieron hijos, otros lograron viajar por el mundo, otros están intentando en su noveno trabajo, otros se la viven estresados pensando que estar ocupados es autorrealizarse. Cada uno navegando por tierras peligrosas, esas de la vida real, que si no te portas bien te hacen terminar en la cárcel, y no castigado sin poder salir a la tardeada del viernes.
¿Los amores del pasado? Algunos más que extraños, desearía que fueran marcianos y vivieran en otro planeta para poder negarlos sin repercusiones. Otros igual de imbéciles que antes, otros pensando que lograron llenar sus vacíos emocionales por haber ido de relación en relación; algunos se volvieron mis amigos, y que curioso besar en la mejilla a quien te comiste hasta con Nutella, pero no me quejo, los sentimientos como el amor verdadero también tienen fecha de caducidad, y esa es una verdad que me hubiera gustado saber desde hace mucho para ahorrarme las lágrimas y los lamentos.
Contemplo la vida de aquellas personas que un día llegué a querer con fuerza, contemplo mi vida tan cambiada después de sus ausencias, contemplo la vida por si sola y no comprendo nada. Sus cambios a veces tan lentos, a veces radicales, a veces inesperados; un día estás arriba, al otro estás abajo; un día sabes lo que quieres, y al otro no. Así vamos, tocando la vida de otros sin darnos cuenta que, aunque pareció poco, causamos impacto; que realizamos un intercambio de energía irrepetible.
Los días se convertirán en meses, los meses en años, los años en décadas, y las décadas en tumbas. Qué extraña sensación saber que habrá nombres y rostros que recuerde siempre, y que, cuando alguien me pregunte por aquella fotografía donde todos estábamos perdiendo el equilibrio a consecuencia del vodka, tenga que responder: “Ellos fueron mis amigos, la vida nos llevó por caminos separados, ¿crees que sigan vivos?”, mientras recuerdo que con quien hablo es un extraño que confundí con alguien de mi pasado.
Eso es vivir, creo yo, crear una colección de recuerdos invaluables los cuales provoquen una sonrisa. Hoy somos extraños, pero en aquellos días fuimos los mejores amigos, los mejores amantes, los mejores seres humanos que pudimos; todo cambió, ¿Y qué más da? Ojalá todos logremos todo aquello que calificábamos como sueños, como imposibles, como logros. Ojalá todos seamos lo que tanto queremos; menos confusos, menos difusos, más cuerdos, más estables, menos perdidos.
¡Un verdadero placer leerte!🌷
❤
Participo en el GIVEAWAY y mi cuenta de Instagram es hadassanevarez que buen artículo
Hermoso!
Hermoso, me identifiqué muchísimo. Gracias 💜