El silencio es ensordecedor, y yo sé bien lo que eso significa en tu idioma; cuando mis amigos me dicen que yo no te importo, ahora les creo, ya no busco justificar tus conductas con tu desorden interior.
Porque quien te quiere, puede, y desear estar. Yo ya perdí el registro de la última vez que estuviste cerca, y sentí que me querías.
Porque me la pasé quince meses comparándolos a todos contigo, pero estaba equivocada. Cuando te fuiste no dudaste en buscarme reemplazo, en buscar por todos lados personas nuevas, porque nada era suficiente para ti.
No puede existir evidencia más obvia que esa para entender quien de los dos quiso más.
Me miré al espejo reflexionando acerca de lo nuestro, “¿Desde cuándo quieres más a otra persona que a ti misma?”. Y aunque me lo propuse cientos de veces antes, nunca sentí tan real el querer seguir sin mirar atrás.
Me pediste que te vea con los mismos ojos de quien ve un maniquí en un aparador; que los sentimientos sean cosa del pasado, y te mire como alguien común y corriente.
Que quieres complacer los deseos de tu ego, y atraer mujeres a tu camino. Y está bien, cada quien sabe lo que quiere, lo que tiene, y lo que pierde. Yo sé que quiero estar en un lugar donde me quieran, lo que tengo soy yo misma, y no perdí nada, aunque lo di todo.
Supongo estarás complacido al saber que dejaste de ser lo primero en lo que pienso por las mañanas, que por fin dejaste de inspirar los poemas que tanto ama la gente, que finalmente dejé de estar al borde de la banqueta esperándote.
Al fin recogí los restos de lo nuestro y lo deseché; no es despecho, es parte de un proceso largo para comprender que hay ciclos que se cierran solos, que no teníamos que decir ni hacer nada… Solo dejarte ir.
Ya no pierdo el sueño pensando en lo que pudimos ser, en los lugares a los que no fuimos, los planes que no cumplimos, los sueños que no compartimos. Estoy en paz con el ritmo de la vida, con las decisiones que tomaste, y con las que estoy tomando yo.
Mi corazón sigue siendo grande, siempre hubo y habrá un espacio para ti, porque por ti soy quien soy. Ofrezco como tregua mi amistad, por aquellos días soleados entre los mares de tráfico en los que juré que era la más feliz.
Que te quiero, sí, pero me quiero más a mí, y sé perfectamente bien lo que merezco: un nuevo comienzo.
Aunque tu compañía esté escrita en la lista de mis cosas favoritas, no creo que eso sea suficiente como para sacrificar mi felicidad. Y lo sé, debo estar en donde me sienta plena, donde no parezca que ando en un barco hundiéndose por la corriente.
Quiero alas para volar, para andar libre, encontrarme con pequeños sitios que desconocía, y redescubrirme entre la arena. Poder abrir mi corazón de nuevo, querer completamente, profundamente, nuevamente, a alguien más.
Quien quizá no huela como tú,
Ni hable como tú,
Ni se sienta como tú,
Pero que sí sabe quererme, y yo comienzo a quererlo bien.
Así que, de algún modo creo que eres feliz al saber que no vas a tener que inventar más excusas, que serás libre de que yo te quiera conmigo, que por fin he logrado mirar hacia adelante.
Me daré permiso de abrirle las puertas a él, que se sumerja en las profundidades de mi ser, de mi querer, de todo el cariño que se quedó abandonado; voy a dejar que él se deshaga del polvo, que haga que todo brille de nuevo.
Después de andar entre cordilleras, perdida en el bosque, y haber terminado en el desierto de tu ausencia, aquí estoy: renovada, hidratada, contenta. Logré quererme de nuevo, y ahora quiero compartirlo todo una vez más.
No tengo nada más que ofrecer, ya estoy en paz con el pasado, contigo, conmigo. Los recuerdos no se esfuman, se quedan. Pero he decidido dejar de vivir de ellos, para poder crear unos nuevos.
Y volver a amar como sé hacerlo mejor:
Incondicionalmente, sin pretextos, sin términos, con locura, con entrega, con constancia y firmeza. Aquí estoy, intacta, a pesar de sentirme perdida mientras te esperaba. Aquí estoy, mirándote con cariño, despidiéndome…
Que llegue alguien que sea luz en tu camino,
Que te haga querer desmesuradamente,
Que te haga entregarte,
Amarte a ti,
Amar todo a tu alrededor,
Que llegue alguien buena para ti.
Mientras ten la certeza que te quise hasta los huesos, que cavé tan profundo que no hubo retorno; era todo o nada. Y aquí estamos…
Mi mayor admiración. Arte es muy grato leerte. Y sobre todo enterder cada palabra y gracias a ellas seguir adelante.
Palabras precisas para este momento. Hermoso texto 💜
me recuerda un poema que tenía párrafos casi similares que lo leí el año pasado