Tu rostro era el que solía buscar entre la multitud,
Contigo podía llover y el cielo seguía siendo azul;
No cabe duda, algún día quise mucho a alguien,
Y ese alguien fuiste tú.
¿Cómo pude confundirte con la Luna?
Cuando tú siempre demostraste ser estrella fugaz;
No perteneces al cielo de ninguna,
Nunca miras atrás, aunque a tu paso destruyas.
Te llevo debajo del pecho, en un rincón,
Y aunque ya no dueles, aún te pienso;
Sin rencor, ya eres tan ajeno a mi cuerpo;
Una fotografía de nosotros es lo único que tengo.
¿Cómo no vi venir tu partida?
Pidiendo préstamos al tiempo, minuto tras minuto,
Para darnos explicaciones dolorosas, y extendernos disculpas;
Pregunta tras pregunta sin saber las respuestas;
Tu ausencia había sido anunciada.
El silencio otorga, y el tuyo me otorgó libertad,
Tomo las promesas, las arrojo por la ventana;
Me miro en el espejo, me veo tan distinta;
Duele dar todo a quien solo ama a la mitad.
Y vamos, te quise de manera inconmensurable,
Tanto que me parece injusto nuestro final,
Tan injusto que ni siquiera te puedo odiar;
No importa, en nuestra historia no hay culpables.
Esta noche te recuerdo en cuenta regresiva;
Desde que nos presentó nuestra amiga,
Hasta hoy, que parezco tajante y evasiva.
Todo cambió y todo lo veo en tu mirada.
Ya eres estrella de otro cielo,
Y yo ya no tengo más deseos;
Perderte era mi mayor miedo,
Y mira, sobreviví; debe ser que no eras para mí,
Debe ser que entre destino y amor me confundí.
Texto por Arte Jiménez
Fotografía por Victoria Corona
Reblogueó esto en Título del sitioy comentado:
Pense que iba a morir, pero no fue asi, todo lo contrario me hice mas fuerte desde tu partida.