Hoy no pude evitar pensar en ti mil veces, y esas mil veces fueron como mil cuchilladas en el pecho.
Debajo de esta cubierta de hierro que lo resiste todo, estoy yo, quebrantándome teniendo que admitir que, hoy, hoy te extrañé.
Hoy te extrañé y recordé cuanto te gusta el café. Pensé en comprarte un paraguas amarillo y aprender a preparar carajillo.
Hoy repetí tu nombre mil veces, y mil veces quise escribirte que te quedes.
«Quédate»
Pero recordé que no puedes pedirle a alguien que se quede, si no quiere quedarse. Así que abrí las ventanas, y alumbré el presente, un presente donde no estás.
Hoy te extrañé…
Extrañé saber cómo estuvo tu día, cómo dormiste, y si las 2:30 sigue siendo tu hora de comida.
El día no ayuda en nada, es gris, pero, ¿si fuera azul habría diferencia? Tu ausencia es como neblina que poco a poco se acumula y de pronto en medio de nubes, me llueven los ojos.
Fue tan fácil hacernos daño, y es tan difícil curar las heridas hechas.
Hoy pensé en llamarte mil veces, y mil veces guardé el teléfono en mi bolsa tratando de recuperar mi cordura, porque pensarte es sinónimo de locura.
Hoy me pregunté si en algún momento del día atravieso tu pensamiento. Me lo pregunté y la respuesta desgarró mi corazón: «no te extraña, no te piensa».
Pero eso no impide que yo te extrañe; que extrañe tus mañas y tu forma de mirarme cuando dices que me quieres; debería comenzar a hablar en tiempo pasado, ¿cierto?
Pero yo no puedo conjugar los verbos de todas las cosas que quedaron pendientes en tiempo pasado. Pienso – tal vez no todo está perdido, tal vez nos equivocamos, pero quizás haya algo que aprender para volvernos a encontrar y querernos mejor -.
Hoy recordé las mil y un veces que me hiciste sonreír, lo mucho que me gustaba ser tu copiloto, y lo mucho que disfrutaba tu compañía. Estar sentados sin hacer nada, jugar tus vídeo juegos favoritos, comer con tu familia, ir al cine, caminar y acostarnos en el pasto a hablar sobre crecer y ser alguien en la vida.
Hoy salí con alguien más en un intento inútil de borrarte; estoy segura de que podría pasar mi tiempo recorriendo el mundo entero…
Pero al final, en la noche, antes de intentar dormir, tú serás quien resurja de los escombros de mi memoria y me hechice con todo eso que eres, y nadie más es.
Así que sí, hoy hago lo que tanto escucho «darle tiempo», dejarlo pasar y verlo pasar mientras intento mantener mi mente ocupada con mis cientos de pendientes. Pero así esté rodeada de gente en una habitación, tu rostro es el que busco sin parar.
«Quédate», pienso.
«Regresa», suspiro.
Pero me queda claro que, por mucho que uno desee que al soplar la vela de un pastel, los deseos se cumplan, hay deseos que se congelan en el tiempo, en los recuerdos.
Yo sé que te extraño porque te quiero, porque te veo y … Mierda, ¡cuanto te quiero! Te quiero tanto que me ha dejado de importar que yo no sea el motivo de tu felicidad, solo quiero que seas feliz.
Te extraño y eso es lo único que he pensado desde que desperté y lo sigo haciendo mientras abrazo mi almohada y son las tres de la madrugada.
Hoy te extrañé, pero sé que es algo inútil, porque extrañarte no hará que vuelvas, y si me quisieras, no estaría aquí, extrañándote, estaría justo a tu lado.
Texto por Arte Jiménez
GIFS de Tumblr
Reblogueó esto en Cayendo en tus brazosy comentado:
Esto definitivamente expresa en palabras lo que yo no puedo.
Todo lo que mi alma quiere decir💔
hermosisimo
Me quebré con cada palabra :'(
Y todo lo que hay en mi mente y mi corazón para decir mejor lo guardo. Porque lo extraño.
Muy bonito es cierto todo lo k escribio