Y entonces… ¿El amor sí dura para siempre?

A veces me da por cuestionarme muchas cosas, últimamente me he preguntado mucho sobre el amor, como impacta a las personas, y como ellas deciden vivirlo. Durante la universidad vi a mis amigos y amigas mantener relaciones larguísimas, y de vez en cuando me encontraba con cosas que me volvían totalmente escéptica respecto a sentir la magia todo el tiempo, todos los días.

Tal vez es que ya llevo casi un año de relación con mi actual pareja, el motivo por el cual he comenzado a creer que mi escepticismo era solo una barrera que me mantenía a salvo de cualquier decepción amorosa, ¿La verdad? Doy muchas gracias porque durante mi juventud y mi carrera pude conocer diferente gente, pude conocerme a mí, y por consecuencia, la relación que tanto había querido, se dio.

Yo sé que no ha sido así en todos los casos. En mi investigación de campo encontré diferentes variantes; después de colgar un sticker en mi Instagram preguntando sobre como había sido para ellas (os) vivir una relación larga, llegué a la conclusión de que hay patrones que definitivamente define al ser humano, que hay cosas que no son para todas las personas, y que ninguna relación es igual. Algo que siempre me he cuestionado es la monotonía y la monogamia, ambas, siempre tan en contra de la naturaleza humana; no quiero decir que no creo en la entrega total a una sola persona, solo quiero decir que, no son una Ley que aplique para cada ser humano.

Una chica me contó sobre su rompimiento, sobre como solemos dar por sentadas a las personas, como la vida diaria nos consume el tiempo, y los ratos que podemos aprovechar para conectar, no solo con nuestra pareja, sino con seres queridos. Nuestro ritmo de vida ahora es mucho más rápido, los días parece que van huyendo del mes que viene. Cuando comencé a estar más consciente sobre el tiempo, me pregunté: ¿Qué hace que una relación dure?

Hay factores importantes, desde una conexión inconfundible, una química sentimental, física, sexual, y por decir sexual no me refiero necesariamente a tener relaciones, sino como nuestros cuerpos conectan con otros, y como se siente, como la comunicación en ese inter, se vuelve más y más liviana. Comunicación, una palabra que muchas y muchos dijeron al contarme sus historias y responder mis preguntas…

¿Cómo hacen para no caer en la monotonía? COMUNICACIÓN, decir eso que sentimos como: «Oye, la verdad siento que esto puede cambiar, ¿Y si salimos de antro juntos este fin de semana?», y esa es solo una opción, pues dependiendo de la relación, se extienden las opciones.

Conozco dos parejas completamente distintas que llevan 5 años como pareja, en ambas la comunicación es frontal, fluida, no existen los secretos, ni tampoco los berrinches, son 4 personas disfrutando. Una de esas parejas atravesó una crisis y, uno de los factores que sentían que podía estar afectando era su vida sexual, «Hagamos un trío», ¡Boom! Así tal cual surgió la propuesta y así tal cual, sucedió.

Dicha pareja vivió la experiencia, la calificó como entretenida, pero que no es algo que repetirían, porque al final no se trataba de su desempeño sexual, sino de haber perdido la picardía y todo este concepto de aventura, pero al final, la aventura y la adrenalina no solo se resume a nuestro cuerpo, sino como conectamos nuestra mente y emociones con ello; un ejemplo es de repente sorprender a la otra persona con boletos para su obra favorita, una escapada a un pueblo divino, un concierto, una noche de gastronomía nueva, clases de tango, volver a las viejas prácticas de conquista, y tomar la re conquista no como un reto, sino como una manera divertida de re conectar.

La otra pareja, por ejemplo, se enfoca en hacer actividades fuera de lo común, hacen camping, se escapan de ida y regreso a Puebla, su vida sexual es tan sencilla como decir «¿Y si probamos esto?», tiene su propia manera de funcionar y atravesar las crisis, las cuales son casi inexistentes por la transparencia que existe entre ambos.

En sí no hay una fórmula para hacer que las relaciones duren, se trata de un resultado de la suma de diferentes factores: el carácter, personalidad, temperamento, educación, forma de pensar, valores, principios, lo que determina el producto final. Creo que no existen malas relaciones, sino malas combinaciones. A veces podemos encontrar a una persona grandiosa, pero nosotros no estamos en el mismo canal, no deseamos las mismas cosas; a veces podemos estar con una persona que nos lastima, pero con el tiempo se convierten en otra versión de si mismos.

El hecho de que una relación larga fracase no tiene nada que ver con quien se queda con el corazón roto, tiene que ver con que el propósito de la persona, concluyó. Suena cliché, lo sé, pero no se trata de otra cosa más que de escalar cada nivel de nuestra vida, y a veces, esos escalones son personas.

En cuanto a las relaciones largas, no puedo determinar qué beneficia a las relaciones más que pensar en que no todo mundo tiene la fortuna de estar con alguien que les haga sentir un amor profundo y, no un compromiso que con el tiempo se vuelve innecesario. El amor es como cualquier rosa bonita que ves en el jardín, requiere de ciertos cuidados, de que le cantes, le revises la tierra para que no haya plagas, del sol, de agua, de su propio espacio para crecer. Si crees que una relación es algo mágico, es un error.

Confianza, un regalo sumamente costoso, pero que estar en una relación, te lo exigirá. La confianza se construye, se va formando, y se va moldeando. Pero además de la confianza que depositamos en nuestra pareja conforme va pasando el tiempo, también está a que depositamos en nosotras (os) mismas (os), en que estamos haciendo lo que deseamos, que estamos viviendo la relación que queremos con cada acción que hacemos.

La confianza en las relaciones funciona como un cochinito del ahorro, cada moneda de $10 pesos, es una acción correcta, y vamos así, llenándolo, poco a poco, con el paso de los meses y los años, hasta que por fin, como pareja alcanza un nivel alto, un nivel en el que antes de un engaño, existe el diálogo.

No puedes pretender que todo se sienta como al principio, porque los seres humanos vamos evolucionando, pero dentro de ese proceso, podemos encontrar nuevas formas de cuidar y mantener nuestras relaciones, no porque sea una obligación, sino porque genuinamente amas y respetas a esa persona, porque lo que construyeron tiene un valor gigantesco.

¿Durará para siempre? Es un misterio. La vida no tiene garantías para nada, solamente para nuestra muerte, es por eso que mientras estamos vivas, debemos vivir nuestra vida al máximo incluyendo vivir el amor, experimentarlo, por gusto y convicción propia, porque estamos listas (os) y no solas (os). Si llega un momento en donde puedes permanecer en una relación, siempre da lo mejor de ti, porque todo eso siempre viene de regreso.

Que el amor dure para siempre consta de dos partes, si ambas partes están en el mismo barco, aceptando los mismos retos, yendo siempre hacia adelante. No todas las personas nacieron para estar en una relación, casarse, practicar la monogamia, pero ese es un proceso individual que cada persona aplicará y acoplará a su vida.

Cada pareja crea una dinámica diversa que combina dos universos complejos y diferentes, por lo que nos corresponde a cada persona averiguar sobre la marcha, qué es lo que traen nuestras relaciones consigo, y como abordamos los problemas, siguiendo siempre la misma norma: Quédate con quien te haga bien, quien te deje crecer, y quien te impulse, quien no haga nada de eso, no merece estar a tu lado.

Texto de Arte Jiménez

Sígueme en Instagram: @artejimenez

Fotografía de Ishan @seefromthesky en Unsplash

Mujereologia

El blog que vino a revolucionar la vida de las mujeres, el guilty pleasure de los hombres.

Deja un comentario