Mujer, Reflexiones, Salud mental

Sentirse fea, romper en llanto, compararse con otra, volver a intentarlo.

Dejé de subir fotos porque comencé a verme a través de la mirada ajena, esa que no deja la crítica a un lado, no tiene empatía, ni cuidado; comencé a ver el reflejo del espejo con asco; comencé a decirme que era un fracaso porque había pasado de correr 8 km a no poder levantarme de la cama; volví a contemplar la posibilidad de dejar de comer, de castigarme con palabras y tomar 2 litros de agua para callar lo que mi cuerpo pedía; el alcohol se volvió un refugio porque al menos, él no me juzgaba, no decía nada, y yo podía acoplar el dolor que me provocaba odiarme por milésima vez en mi vida.

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