Kamala Harris es la nueva Vicepresidenta de Estados Unidos, y decirlo en voz alta representa un gran logro porque después de 244 años, 4 meses, y dos días de que E.U se convirtiera en país, hoy hay una mujer en una posición de liderazgo y alto poder, ¿cuántos países pueden decir lo mismo? Aunque tengamos países en donde hay primeras ministras o presidentas, diputadas, congresistas, senadoras, sigue siendo poco. Y no solo se trata de asumir los cargos, sino la responsabilidad que conlleva estar en cada uno de ellos. Sé de antemano que, el hecho de que una mujer esté en el poder, no garantiza que sea feminista, que tenga perspectiva de género, o que no sirva al patriarcado, pero quiero pensar que eso está por cambiar.
En la actualidad resulta inimaginable ahorrarnos nuestra opinión por el simple hecho de ser mujeres y creernos inferiores a los hombres; eso sucedió en el pasado, pero sigue pasando. En México, por ejemplo, resulta casi imposible soñar con un cambio, no solo porque se sigue cuestionando la capacidad intelectual de las mujeres, sino por la estructura social que tiene el país, en donde, existen obstáculos mucho más complejos para llegar al poder, pero ver a Kamala es una especie de recordatorio de que la lucha sigue, no solo por las que estamos, sino por las mujeres que sacrificaron tanto en el pasado, y las nuevas generaciones. Al final lo único que muchas deseamos es que las niñas aspiren a ser presidentas porque pueden, porque nadie lo impide, porque nadie las pisotea, porque es una labor para su sexo también.
El poder que tiene ver a una mujer en el rango de vice presidenta es equivalente a una piedra cayendo en el río, va a crear ondas expansivas que se extenderán por el mundo, es una dosis de empoderamiento, de decir: Las mujeres podemos llegar a lo más alto, y nadie nos lo impedirá. Esto es algo que me hubiera gustado ver de niña, me hubiera gustado ver a una mujer llegar al poder de uno de los países más poderosos, no por otra cosa, sino por su inteligencia y astucia; por su poder, y determinación; por su libertad, y derecho. Ahora que lo veo siendo una mujer adulta joven, siento esperanza, me ha regalado un suspiro en medio del caos.
El destino de las niñas no tiene porque verse limitado, y eso es algo que comienza desde casa. El otro día leía sobre cómo la mamá de Kamala fue un factor esencial para que ella llegara a la Casa Blanca, ¿por qué? Porque su mamá le enseñó a exigirse a ella misma, porque no minimizó lo que podía lograr, porque la encaminó a través de la preparación, pero más que nada, a través del apoyo y el amor incondicionales. Desde cómo nos educan muchas cosas determinan nuestro futuro, podrían incluso sentenciarnos al fracaso, o dispararnos al triunfo, simple y sencillamente porque en casa, eligen creer en nosotras. Sí, la forma en la que le hablamos a nuestras hijas también tiene que ver con su alcance.
Si en mi casa jamás hubiera tenido apoyo, no estaría aquí, escribiendo, y creo que eso es algo sumamente valioso que una agradece, pero que a la vez deseo que sea una realidad para todas las mujeres, niñas, y adolescentes; quiero pensar que cuando una diga «quiero ser presidenta» no la tiren de a loca, y que si lo hacen, vean la imagen de Kamala, y recuerde que no hay camino fácil, pero que todas somos capaces de lograrlo, que hay suficiente espacio para creer y crecer. Esa es la importancia de sentirse representada. Estamos, sin pensarlo, forjando las voces del futuro. Lo que yo no tuve, ahora lo tienen miles de mujeres, niñas, y adolescentes: Una mujer en una posición que hace 100 años, fue pensada para ser ocupada solo por hombres.
A todo esto hay algo muy importante que sumarle, y es la ascendencia de Kamala: Hindú por parte de su madre, y jamaiquina por parte de su padre, ¿Por qué? Porque Estados Unidos es un país con un gran defecto, es sumamente racista y xenófobo. La migración se da por la búsqueda de mejores oportunidades, y en algunas ocasiones, porque la gente ya no tiene absolutamente nada que perder. Yo dudo que padres de familia decidan exponer a su familia solo porque sí, porque no tienen nada que hacer, más bien considero que son personas que temen por sus vidas, y quieren escapar de países violentos, y en recesión. En alguna ocasión hice una entrevista a Cam De la Fuente, una caricaturista social, y dijo algo que me rompió el corazón: A veces no se trata de vivir mejor, sino de morir de manera menos indigna. ¿Te imaginas haber agotado todas las posibilidades al grado de decidir emprender un camino a tierra desconocida? He ahí también la importancia de que alguien que viene de una familia migrante haya logrado llegar hasta la Vicepresidencia.
Con toda esta carga es con la cual los ojos la observan y observarán los siguientes 4 años a partir del 20 de enero de 2021. Una mujer que, contra viento y marea, tendrá que reconstruir la confianza de muchas personas, no solo de su país, sino del mundo, para creer y sobre todo, para reforzar lo que muchas sabemos, y Ruth Bader Ginsburg dijo fuerte y claro: Las mujeres pertenecen a todos los lugares en los que se tomen decisiones importantes.
Así que sí, el triunfo de Kamala Harris es importante, porque si ella pudo, todas podemos.
Texto de Arte Jiménez
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