Crecimos viendo cientos de películas donde la tristeza era acompañada por lágrimas, un tarro de helado, música «triste», pijamas, camas, casas hechas un desastre… Una representación débil, mal comprendida, y mal plasmada. Tanto la ansiedad como la depresión tienen diferentes manifestaciones, pero el común denominador entre ambas, es que no son visibles, viven esperando momentos específicos para carcomerse lo poco que queda de energía en alguien.
Yo he experimentado ataques de ansiedad, y las ganas de no querer levantarme a hacer las cosas que me apasionan; he estado postrada en mi cama con ganas de desaparecer, y dejar de sentir que mi existencia es pesada; experimento esa pesadez al caminar, al tener que cumplir con las tareas diarias, al estar rodeada de gente que amo y me ama. Es extraño, es la primera vez que hablo de ello. La razón por la cual lo hago es porque parece ser una epidemia que ataca a personas demasiado jóvenes, y debemos buscar tanto apoyo, como información al respecto.
Para empezar, son difíciles de identificar, cuando se trata de la depresión es mucho menos obvia… Tiene la capacidad de esconderse debajo de una persona que lleva una vida «normal», alguien que saluda a los vecinos, sonríe en el trabajo, y la gente ama. Existen circunstancias distintas, así como síntomas dependiendo de cada persona… Por su camuflaje perfecto, a veces no basta con decir «tiene algo», es poner atención al más mínimo detalle.
En mi caso, comencé a tener diálogos demasiado duros conmigo misma, me castigaba mentalmente de la peor forma posible: me sentía inútil, me decía inútil, odiaba mi aspecto, me castigaba por cada cosa que hacía mal, y a veces eso impactaba en que tanto sueño tenía, en esa etapa comencé a ver vídeos ASMR para poder encontrar compañía y además relajarme lo suficiente como para quedarme dormida. En el caso de la ansiedad, experimentaba taquicardia, me sudaban las manos, y en un par de ocasiones comencé a llorar por la presión que sentía en el pecho, pero no podía hacer nada por detenerlo.
¿Lo extraño? Que yo trataba de llevar una vida normal. Tuve suerte al poder rodearme de gente que me cobijó, me entendió, y no solo me dijeron «échale ganas», sino que, me escuchaban. Entre más hablaba al respecto, más tranquila me sentía, y de pronto fui descubriendo que un par de mis amigos experimentaban lo mismo. Corrí con la fortuna de sentirme acompañada, pero, si no hubiera sido así, quizá hubiera perdido el piso como a muchos les sucede.
Muchos tienen la idea que ir al psicólogo o al psiquiatra es sinónimo de estar loco, y más bien está loco quien cree que a veces no necesitamos de una persona externa a nuestro círculo que nos pueda guiar para encontrar ese switch, apagarlo, y caminar de nuevo. Es necesario, importante, y si eres estudiante tienes la ventaja que en la mayoría de las instituciones educacionales cuentan con psicólogos que pueden ayudarte. Si trabajas en una empresa con seguro médico, dependiendo del seguro, la salud mental la cuentan y ofrecen sesiones gratis.
La depresión no es como nos la pintaron, es agresiva… Es una sombra que ataca cada pensamiento, cada rincón de tu mente, y es como ir en espiral hacia el fondo de la oscuridad; le dejas de ver el principio, y no ves el final. No es sinónimo de debilidad, al contrario, esto implica que cada día que logras vivir, libraste un día más de batalla interna; es valiente seguir cuando todo dentro de ti se apaga, y la pequeña esperanza de algún modo no se detiene, sigues andando, sin rumbo, pero sigues.
Pedir ayuda no es malo, es cierto, a veces tememos admitirlo porque existen prejuicios sobre los padecimientos mentales, los cuales relacionan a las personas que lo padecen como «débiles», «cobardes», «pecadores», y tachan todo un estado mental como algo «estúpido», cuando la verdad es que los detonantes no son agradables.
«La depresión se produce generalmente por la interacción de unos determinados factores biológicos (cambios hormonales, alteraciones en los neurotransmisores cerebrales como la serotonina, la noradrenalina y la dopamina, componentes genéticos, etc.), con factores psicosociales (circunstancias estresantes en la vida afectiva, laboral o de relación) y de personalidad (especialmente, sus mecanismos de defensa psicológicos).»
La ansiedad puede ser detonada por factores externos a la persona, sin embargo, quien padece depresión es más propensa a experimentarla. También puede ser detonada por alguna experiencia traumática, un gran cúmulo de estrés, padecimiento de alguna enfermedad. Aquí te dejo un sitio donde puedes leer más el respecto.
No solo se trata de echarle ganas, de dar estos discursos donde te dicen que la vida es bella, eso no es suficiente en muchos casos, pues la visión se nubla, es difícil vivir peleando con tu interior, no es algo que las personas deseen o creen, es algo que sucede de pronto y lo importante es identificarlo, aceptarlo, asumirlo, atenderlo.
Actualmente con el ritmo de vida que llevan las nuevas generaciones, surgen la depresión y ansiedad por loa medios que han consumido desde chicos. Sucede con el contenido aspiracional que ven en redes sociales, en querer ser más como alguien más, en tener más posesiones, en lucir guapas y guapos. Existe una serie de expectativas. Y aunque la mayoría de esto también tiene que ver con la educación que reciben en casa, cualquiera de estos padecimientos puede atacar. No es algo que respete el color de tu piel, ni tu condición social, se da en todos los estratos.
Si conoces a alguien que pueda estar en peligro, busca crear un círculo con las personas más cercanas a esa persona y acompáñenla, es un proceso a veces más lento de lo que parece. Si tú te consideras en peligro, hey, no eres la única persona que ha pasado por ello, muchos hemos sentido ganas de no seguir, pero te prometo que, si buscas ayuda, si encuentras una sola persona que te escuche, habla, di lo que sientes, sé verbal, a veces puede ser una persona que no sea tu amigo o tu familia, quizá es alguien externo.
Nadie está solo. Padecer depresión o ansiedad no es malo, ni tampoco te hace menos. Aquí estamos.
En la fotografía de portada aparecen grandes figuras con problemas de depresión y adicción a drogas, lo cual se volvió una consecuencia grave. Amy Winehouse, Whitney Houston, y Marilyn Monroe.
Texto de Arte Jiménez
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Tan importante es ir al psicólogo, como ir al ginecólogo. Creo que hay que deshacernos de tabúes y buscar ayuda cuando la necesitemos.
Ola quiero ser integrante de esta página por que estoy viviendo. Un caso con. Mi pareja