Una vez un tipo fue a mi secundaria a hablar sobre las relaciones sexuales, habló sobre cómo ocurría y como gracias a ello, la tierra estaba siendo sobrepoblada; no se habló de métodos anticonceptivos, no se habló del orgasmo, el punto G, el clítoris y zonas erógenas. Hoy que soy mucho mayor de lo que era en ese entonces, entiendo lo importante que es comenzar a normalizar el placer de las mujeres, porque el sexo es para gozarse, no solo para reproducirse, y mientras más chicas lo sepamos y lo entendamos, mejor.
La concepción que cada individuo tenga sobre el sexo es sumamente importante para su exploración. Tenemos que empezar a romper con viejos pensamientos que solo convierten a la mujer en objeto de deseo o placer, así como su función al tener un útero. El cuerpo de la mujer se respeta, y el modo en el que viva su sexualidad también.
El sexo no tiene como único objetivo alcanzar el orgasmo, sino construir un camino en él que sea meramente explosivo; que nos despierte cada partícula, cada célula, y sea una experiencia integral, de principio a fin. Y si realmente quieres saber lo que te gusta, empezar por la autoexploración es una buena idea (¡WUUU!), esto lo digo porque muchas veces emprendemos una vida sexual sin antes haber tenido intimidad con nosotras mismas (Y no, no te van a salir pelos en la mano si te masturbas.)
¿Por qué masturbarse es importante?
Nuestro cuerpo es sagrado, así como lo son nuestros pensamientos más íntimos. La masturbación ha sido normalizada en el hombre por siglos, pero pensarlo en una mujer no tiene la misma recepción, es mucho más mal visto. Pero tómenlo así: Dicen que la primera vez es importante porque se dice que incluso, será eco para las veces venideras. ¿Qué mejor que poner tus propias manos encima de ti antes de que cualquier otra persona lo haga? No solo se trata de tocar nuestro cuerpo, sino de conectar con nuestra mente y poder visualizar fantasías propias, ¿Qué ves cuando cierras los ojos?
Además, dedicarnos tiempo a nosotras mismas es sumamente necesario en un mundo que ha escuchado poco sobre lo que queremos a la hora de acostarnos con alguien. Pon música sexy, toma una copa de vino, prende las velas, ten una cita contigo, y estimula tu cuerpo y mente. Lee textos, ah, y si eres una persona muy gráfica, te recomiendo el cine erótico de Erika Lust.
A lo largo de la existencia del ser humano se ha creído que la penetración es lo único que hace gemir a la mujer, y la verdad es que esa es la mentira más grande que cualquiera pueda creer.
Las zonas que tienes que explorar:
Zonas erógenas primarias: clítoris y vagina. Son órganos que tienen que ser excitados para poder alcanzar un orgasmo. Aquí quizá puedas hacer uso de tus manos, de un vibrador, o un dildo – ¡Jesús Dios mío, qué es un dildo o un vibrador? -.
Son aparatos electrónicos creados con el fin de poder interactuar con el cuerpo de la mujer de una manera satisfactoria. ¿Quieres saber cómo son? Haz click aquí.
Zonas erógenas secundarias: Son partes de la piel que por recibir caricias, activan la excitación de las zonas primarias, creando una experiencia donde el placer sexual aumente. Zonas como el pubis, las pompis, labios mayores y menores, la entrada de la vagina, el perineo, el ano, y los pezones.
Zonas erógenas potenciales: Tienen una variación erótica y pueden variar de acuerdo a cada mujer. Pero son zonas que al sentir el tacto, besos, caricias, genera humedad vaginal. Puedes probar con el cuello, orejas, espalda, incluso los pies.
Ahora, si estás en una relación seria y también en las casuales, es importante que exista el diálogo, que ambos expresen lo que les gusta y no. No tengas miedo a exigir que te estimulen, que te hagan sentir mariposas en el estómago y en el clítoris, después de todo, tratándose de un acto consensuado, ambos tienen que sentir las ganas y necesidad de mejorar las técnicas. Como dicen, quédate con quien esté dispuesto a comerte antes de querer experimentar el placer propio.
Explorar el sexo es divertido, es sensual, despierta distintas versiones de nosotras mismas que quizá desconozcamos. Pero la más importante es esa que somos con nosotras mismas, ¿Vas a esperar a tener pareja para poder vivir tu sexualidad? Yo sugeriría que no lo hagas. Juega, explora, aprende de ti.
Texto de Arte Jiménez
Instagram: @artejimenez