Puedo ser el fuego que necesitas en una noche fría;
Puedo ser la lluvia que caiga en ti y, terminar con la sequía en tu piel;
Puedo ser cielo lleno de estrellas para hacer tus deseos realidad;
Puedo ser todo lo que quieras, pero sin duda, lo que necesito,
Es ser tuya.

Que me tomes de la mano,
Que me mires a los ojos,
Y pienses: “Sí, sí, es ella”,
Que deje de existir el miedo.

Que tu café preferido sea el de mis ojos,
Que cantes en el coche,
Que sonrías de pronto,
Tan solo porque recordaste mi nombre.

Quiero darte días buenos, y los buenos días,
Quiero darte buenos motivos,
Quiero darte noches buenas y, las buenas noches,
Quiero ser tu lugar favorito.

Quererte en tus días buenos y, en los malos,
Pintarte la vida de colores con un “te quiero”,
Pelearnos, decirnos que no, y luego…
Reconciliarnos a besos.

Que me llames y, yo sonría,
Que te quedes por la mañana,
Que me llenes de luz con tu vida,
Que no te vayas mañana.

Puedo ser el río que desemboca en el mar,
Para perdernos en la infinidad azul,
Para que al final aprendamos a amar,
Y solo seamos tú y yo.

Que no te aguantes las ganas,
Que me tomes de la cintura,
Que seamos causa mutua de sonrisa,
Y decirnos todo con la mirada.

Decirte que te esperaba desde hace rato,
Que no quiero perderte,
Que te olvides del pasado y los daños,
Yo planeo quedarme infinidad de años.

Puedo ser tu compañía,
Para ir al doctor, al supermercado, al bar;
Puedo ser tu copiloto,
Guiarte por el camino al que llamas “vida”.

Que me llenes las ausencias,
Que durmamos bajo la misma manta,
Que nos curemos las heridas,
Que me hagas el amor y, nunca falta.

Puedo ser la luz de tu oscuridad,
Puedo ser penicilina para curar todo mal,
Pero, antes que nada, dímelo…
Dime que soy yo y, que te quedas.

Poema de Arte Jiménez

Fotografía de Diptych Studio