Te recomiendo leer el siguiente texto escuchando el Huapango de Moncayo.

«Mi México querido, que te han subestimado,

Que te han hecho creer que no mereces más,

Que te han herido hasta lo más profundo;

Me gusta ver tu tricolor ondear en el cielo,

Me gusta pasear por tus calles coloniales,

Me gusta pensar que aún quedan guerreros emplumados,

Quiero pensar que detrás de todo el miedo, aún nos quedan ideales.

Perdón por no levantar la voz en tu nombre, sé que estás cansado,

Que te han malgastado y desaprovechado;

De tus heridas cae la tristeza de un pueblo entero,

Que de ti han abusado, te han malbaratado,

Y yo, lo único que hice fue permanecer callado.

Mira que hoy despierto recordando tus bellos paisajes;

Recuerdo haber besado en Guanajuato,

Haber caminado viendo crecer los maizales;

Conocí tus ruinas y, ahí descubrí mis verdaderas raíces.

La sensación de la arena de tus playas en mis pies,

De tus mares cristalinos y, cordilleras verdes;

Más que país, me pareciste paraíso,

Y, si me dieran a escoger cualquier rincón, yo te elijo.

Te han llenado de odio y de violencia; robos y miseria,

Pero yo te miro, te saboreo en cada plato y, no me lo permito…

En mi nombre han de correr cientos de batallas, para colocar tu nombre en lo más alto.

Que el mundo se entere que eres maravilla y, eres magia,

Que tu pueblo no agacha la mirada, así lo apuñalen por la espalda.

Ser mexicano desde siempre implicó ser guerrero;

Yo no olvido el significado de mi himno,

Que yo te defiendo, así atraviese bosques y desiertos,

Gobiernos corruptos, o una banda de encapuchados,

yo no me muero sin haber luchado por ti.

Y si me matan, que me entierren en la tierra que me vio crecer,

Que me traigan de vuelta a la tierra que me dio de comer.

Honor a quien honor merece, y tú lo mereces todo,

Yo no te doy por sentado;

Tu nombre en el corazón lo llevo tatuado.

Desde Nuevo León hasta Oaxaca, del Atlántico al Pacífico,

Yo te recuerdo; tus bailes, tus colores, tus sabores,

Tus ojos tapatíos, tu capital majestuosa, eres mágico,

Porque más que país, me pareces paraíso.

Hoy pienso en ti, hoy recuerdo caminar por Durango,

Sentir mi piel erizar al escuchar el Huapango de Moncayo;

Probar tus infinitos sabores, y extrañarlos estando lejos,

Porque no hay otro lugar como el hogar,

Y aquí es donde quiero estar, aunque eso implique luchar.

Te recuerdo que tu tristeza es consecuencia de un sistema político,

Un sistema que no comprende de tu belleza,

Perdónalos, algunos en medio de tus rosas, nacieron bestias.

Pero a mí me corresponde recordarles, que más que un país,

ERES PARAÍSO.

Mereces algo mejor, y por eso, todos los días yo lucho por ser alguien mejor,

Para que a donde sea que yo vaya, sepan que habemos quienes te llevamos con orgullo;

Que yo nací con un propósito y mis logros son todos tuyos.

Y yo, yo te quiero y, por eso no me rindo.

México querido, tú que vibras en mi piel,

Muchos se han olvidado de respetarte y cuidarte,

Pero mi compromiso contigo es, amarte.

Gritar en contra de las injusticias, ayudar a mi prójimo,

Ser voz de los débiles, corregir con amor a quien te maltrate.

No olvides que caminas sobre espinas,

Naciste fuerte y devoras serpientes venenosas,

¡Naciste águila, naciste libre!

¡Anda, ve y vuela, ya no temas!

Que no te espanten, que no te atrapen, extiende tus alas.

Desde el ombligo de la Luna, yo te cuido,

Y contigo emprendo vuelo, porque prefiero morir de pie, ante ti, mi paraíso,

Que vivir arrodillado, ante quien te destruye».

Texto de Arte Jiménez

Fotografía de la excelente Sofía Bravo

@Filmganesh en Instagram