Cómo agradecer tantas bendiciones, el aroma de tu esencia que embriaga mi alma cada mañana cuando abro los ojos y estás a mi lado.
El vaivén de tu voz que puedo escuchar hasta en los silencios que se dibujan entre tu cuerpo y el mío.
El tácito acuerdo que flota en el aire, me recuerda el amor tan profundo que pocos afortunados como yo pueden sentir a cada segundo que pasa.
La suerte tan perfecta hecha a la medida para mí, para ti. El contacto de tu tez con la mía, el calor que genera el entendimiento mutuo.
La vida, ésta vida, vida mía, vida tuya y ahora vida nuestra. Lo que existe y no existía, lo que ahora es y siempre será.
Jamás podré retribuir tanto como se me ha otorgado y ruego por poder conservarlo hasta el fin de los tiempos. Nuestros tiempos.
Te amo con toda mi alma y todo mi corazón.
Texto y fotos en colaboración de: Andrea Jaime