Tengo 21 años y no sé muy bien de que se compone la palabra “compromiso”, supongo que es porque en años pasados di mucho a las personas incorrectas y desperdicie mis buenas intenciones en romances fallidos, pero no es algo que realmente lamente. Alguna vez me enamoré y me gustó la sensación, pero apenas me di cuenta de lo feliz que era sola, no quise comprometerme a otra persona. Si, algunos pueden pensar que es algo ególatra, pero a esta edad no necesito de nada, más que de mi.

He visto a mis amigas sufrir, ser felices, volver a sufrir, ser felices, volver a sufrir; me he visto a mí misma ilusionándome, decepcionándome, ilusionándome, y volviéndome a decepcionar. Si pagaran por cada intento y cada cita inútil que he tenido me volvería multimillonaria, y es que aquí está la cosa: me gusta conocer, me gusta escuchar, observar, me gusta darme la oportunidad de salir con hombres diferentes y alimentar mi mente con sus ideales, ¿El problema? Que ninguno me ha llamado tanto la atención como para decidir tomar todo en serio. Hubo un tiempo, y no fue hace mucho, en el que quería y moría por una relación seria, formal, especial, de esas que trascienden, pero… Cada vez que abría mi corazón encontraba una razón para no volverlo a hacer, y finalmente, después de tanto, no estoy cerrada, pero nadie tiene fácil acceso a mi cariño.

La última cita que tuve fue hace un par de meses, y no fue una mala cita, simplemente no quiero. No tengo que gastar mi dinero, no tengo que hacer que mis horarios coincidan con los de alguien, y lo mejor de todo: invierto mi tiempo en cosas realmente importantes. A esta edad tan corta, no se puede jurar amor eterno porque apenas estamos descubriendo la vida, lo que nos gusta, lo que no, a cada rato aparece una nueva experiencia que vivir, una oportunidad que tomar. Es lindo tener a alguien especial, y a veces yo misma deseo tener a alguien que me quiera, pero quiero asegurarme de quererme más yo misma antes de que llegue alguien especial, quiero que encuentre a una mujer hecha y derecha, que vuele alto y por su cuenta. También quiero a alguien que esté dispuesto a quererme a pesar de mis numerosos malos momentos y defectos, quiero a un hombre que no se abrume por el reto que a veces representa quedarse a mi lado.

Yo no ruego, yo no pierdo el sueño, yo no espero, yo no titubeo, yo quiero las cosas directas y bien hechas, quiero alguien que me rete intelectualmente y que también me haga abrir los ojos a cosas que tenía bajo el punto ciego de la vida. Pero no he encontrado a alguien que me haga cambiar de opinión, a alguien que me haga reconsiderar mi soltería y mi diversión, no ha llegado alguien que me provoque ganas de presentarle a mis papás ni a mis amigas, no hay alguien que me haga poder cambiar este gusto por las tardes sola… Y francamente ese amor no llega simplemente porque no estoy lista para renunciar a mi vida propia por alguien, no estoy lista para sacrificarme, estoy única y exclusivamente lista para crecer más por mi cuenta.

Texto por Arte Jiménez

Fotografía por Sofía Bravo

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